1.1 ¿Qué es la Justicia?
La justicia es aquel conjunto de normas y reglas que permiten regular
las conductas entre las personas, permitiendo, avalando, prohibiendo y
limitando ciertas conductas o acciones en el actuar humano o con las
instituciones, La justicia no solo hace referencia al conjunto de normas
impuestas a una sociedad, sino que implica también la equidad entre sus
miembros La justicia se define como una de las cuatro virtudes cardinales, que
inclina a dar a cada uno lo que le corresponde o pertenece. Es el derecho, la
razón, la equidad. Es aquello que debe hacerse según el derecho o la razón.
Popularmente
se entiende como la disposición según la cual se castiga o premia, según se
merece cada persona. Es lo que regula la igualdad o equidad en la distribución
de algo, y establece la proporción con que deben distribuirse las recompensas y
los castigos.
El
niño desde pequeño siente la injusticia aunque no la sepa explicar, comprende
cuando un castigo es desmedido o no está en correspondencia con la falta
cometida y se siente mal por eso.
El adulto ha de
enseñar al niño a ser justo con los otros, pero para eso es necesario que él
mismo dé el ejemplo con un trato justo hacia él y hacia los demás.
Una forma de
enseñar justicia es incitarles a que piensen cual es la solución más justa a
sus problemas. Hay que enseñarles a que vean las cosas desde todos los puntos
de vista (ponerse en el lugar del otro les permitirá conocer la justicia y la
injusticia). Que los niños sean parte de la solución muchas veces hace que se
detengan, piensen y se calmen. Y no dejes que se marchen hasta que no hayan
resuelto el problema. Si es necesario ofreceremos nuestra colaboración para
mediar en la situación.
Anima a tu hijo a defender tanto sus propios derechos
como los de los demás cuando se enfrente a un trato injusto. Enséñale la
importancia del juego limpio y de la deportividad.
Estamos rodeados
de personas, y nosotros formamos parte del mundo de ellas. Por el hecho de
existir a cada una le corresponde vivir en buenas condiciones. Es justo que
tenga alimentos, un hogar y la oportunidad de hacer lo mejor de su vida, según
su inclinación. Para lograrlo tiene que esforzarse. La justicia consiste en
garantizar que el resultado del esfuerzo se respete.
Por ejemplo, si ganamos la
competencia de natación, es justo que nos den la medalla. Para que haya
justicia nosotros debemos reconocer las ilusiones, el esfuerzo y los resultados
de los otros. Si otra persona llegó a la meta antes que nosotros es justo que
ella, y no nosotros, reciba la medalla. Cuando existen dudas sobre lo que
corresponde a cada quien, hay reglas y leyes para decidirlo. Debemos procurar
que se apliquen.
Todos queremos tener acceso a lo mejor, por ejemplo, ganar un concurso u obtener un buen empleo. La justicia permite que las personas que se han esforzado en lograrlo lo consigan.
En situaciones
comunes (como cualquier juego o la conducción de un vehículo) seguir las reglas
garantiza el orden y la seguridad.
Si dos personas
juntan su dinero para comprar un objeto, es recomendable procurar que cada una
reciba la parte que le corresponde.
Aunque tengamos
prisa para realizar nuestras actividades cotidianas debemos respetar el turno
de cada quien.
Mira a tu
alrededor. Los miembros de tu familia, tus compañeros de clase y las personas
que pasan por la calle tienen planes e ilusiones como tú. Si tú aprendes a
reconocerlos, ellos reconocerán los tuyos.
La justicia no
siempre es automática. Si quieres conseguirla mantente firme en tu lucha. Con
seguridad podrás alcanzarla.
La justicia nos
protege a nosotros y protege a los demás. Seguir el reglamento de tránsito, por
ejemplo, garantiza que todos los conductores (y sus acompañantes) lleguen bien
a su destino.
.
1.2 ¿Nosotros somos autónomos?
La autonomía es la capacidad de
controlar, afrontar y tomar, por iniciativa propia, decisiones personales
acerca de cómo vivir de acuerdo con las normas y preferencias propias así como
desarrollar las actividades básicas de la vida diaria.
En los
niños la adquisición de la autonomía es básica para su buen desarrollo. En
ocasiones, nosotros los padres, llevamos a cabo actividades por nuestros hijos,
que ellos podrían hacer de forma autónoma. Por ejemplo en situaciones en que
tenemos prisa, ¿cuántas veces acabamos vistiéndoles nosotros?, ¿o lavándoles la
cara o poniéndoles los zapatos o dándoles de comer? Actividades que según la
edad de cada uno ya pueden realizar por sí mismos.
Pero autonomía no sólo es vestirse solo, comer solo, sino tomar
decisiones por uno mismo, hacer elecciones. La propia adquisición del lenguaje
da autonomía al niño pudiendo contestar a preguntas que se le hacen y que antes
siempre contestaban los padres.
La
autonomía se desarrolla desde el
nacimiento. Una forma de autonomía en los niños más
pequeños es la de identificar y expresar sus necesidades básicas de bienestar,
de juego y de relación. Descubrir, conocer y controlar el propio cuerpo es
también una forma de ir adquiriendo autonomía por parte de los niños.
De este modo valoran sus posibilidades y limitaciones para
actuar de forma cada vez más autónoma. Poco a poco desde el nacimiento, los
niños van construyendo una sensación de individualidad, definida por una
identidad tanto corporal como psicológica, con una autonomía progresiva y con
confianza en sus propias capacidades. El juego es una forma de desarrollar la
autonomía. Disfrutar de las actividades y utilizarlas para dar cabida a
intereses, conocimientos, sentimientos y emociones.
La autonomía también influye en la autoestima de los niños.
Hacer las cosas por ellos mismos les enorgullece y les hace construir una
imagen positiva de ellos mismos a través del conocimiento y aceptación del
propio cuerpo, de sus necesidades, estados y emociones, de sus características,
capacidades y limitaciones. De igual modo se debe intentar ajustar el ritmo
biológico de cada niño a las rutinas de la vida diaria. Es imprescindible que
el niño se sienta querido, valorado y apreciado por los adultos que le cuidan.
Para fomentar la autonomía de los niños, es muy favorable que estos participen
en las actividades cotidianas.
Tan importante es atender al bebé o niño en sus necesidades
biológicas, para que esté limpio, saciado y tranquilo, como en sus necesidades
psicológicas, para que se sienta querido y estimulado.
Es importante para el desarrollo que el niño tenga unos marcos
de referencia temporales donde organizar su actividad y sus relaciones. Durante
la lactancia, se deben adaptar sus actividades a las necesidades biológicas de
los lactantes para ir iniciando un proceso de reajuste conforme va creciendo.
Las rutinas (de comida, de sueño, de higiene, de juego...) por su función de
organización, facilitarán en el futuro actuaciones cada vez más autónomas. La
actitud de nosotros los adultos, tiene que estimular el comportamiento autónomo
del niño enseñándole lo que puede hacer solo, dejándole que asuma cada vez más
tareas, aceptando que para que esto sea posible se tienen que asumir pequeños
riesgos, siempre y cuando no supongan un grave peligro para la integridad del
niño.
ÁREAS DE AUTONOMÍA:
♦ Área del auto-cuidado: Incluye todas las
habilidades de adaptación relacionadas con la autonomía en el aseo, comida,
higiene, y aspecto físico. Desde muy pequeños debemos facilitar que ellos se
vistan, elijan ropa, coman solos, y tengan interés por ir bien arreglados,
peinados, y aseados, aunque de principio no sepan hacerlo muy bien (una
solución es ponerles un babero bien grande para que coman a gusto y nosotros
tranquilos con las manchas, les dejamos los coleteros para que elijan el que
más les guste, etc.)
♦ Área de la auto-dirección: Habilidades
relacionadas con la autorregulación del propio comportamiento, comprendiendo
las elecciones personales, seguimiento de horarios, finalización de tareas,
resolución autónoma de tareas, búsqueda de ayudas cuando lo necesiten, etc.
Debemos respetar sus horarios de comida, sueño, juego.
♦ Área
de la comunicación: Debemos fomentar las situaciones en que sean
los niños los que comuniquen lo que quieren, no adelantándonos a expresar
nosotros lo que creemos o darles lo que necesiten. El habla se aprende por
imitación, por ello, debemos hablar mucho y verbalizar todas nuestras
actuaciones ya que facilitan la comprensión por parte del niño. Cuando ya saben
hablar un poco, muy interesante es que se inicien en actividades de teatro, que
les ayudará en la vocalización, memoria, expresión y destrezas comunicativas en
general.
♦ Área de las habilidades
académicas funcionales: Referidas a los aprendizajes escolares
instrumentales y aplicados a la vida (lectura, escritura, cálculo, conocimiento
naturales y sociales) tan necesario para un posterior funcionamiento autónomo
(poder comprar, leer las estaciones del metro, saber de las relaciones
personales, del funcionamiento de nuestra sociedad, etc.)
♦ Área de las habilidades sociales: Comprender
intercambios sociales interpersonales (inicio, mantenimiento, y finalización de
interacciones), identificar el contexto social en el que participa, reconocer
sentimientos, controlar los impulsos, ayudar y cooperar con otros. Los niños
deben aprender a perder el miedo y saber entablar conversaciones para
participar en juegos con niños que no conocen en el patio, o en el colegio,
saber que a todo el mundo se trata con respeto y así se consiguen las cosas, y
cómo comportarse en la sociedad (esperar turnos de palabra), saber entender a
los demás en sus problemas y peticiones, y no imponer los deseos por encima de
todo, etc.
♦ Área
del ocio y del tiempo libre: Desarrollar intereses variados de ocio y
satisfacción en el hogar y la participación adecuada en juegos y situaciones
sociales de ocio. No sólo debemos presentar las más variadas ofertas de ocio
que podamos a nuestros hijos (deporte, arte, cultura, diversión con los amigos)
sino que debemos procurar que sean gratificantes e interesantes para ellos,
controlando nosotros cada uno de los pasos que dan. No porque nos lo tengan
guardados o entretenidos toda una tarde, son buenas para ellos
La autonomía la podemos fortalecer por medio de actividades
o juegos lúdicos que propicien primero en el aula un ambiente de seguridad en
el niño. Juegos en equipo. Creando diferentes tipos de escenarios, para
principalmente aprendan a expresar sentimientos y a empatizar con los demás
compañeros. Jugar al teatro: Se pierde el miedo al público y se trabaja la
fluidez verbal.
El mayor obstáculo que identifique en relación al
desarrollo autónomo es la sobreprotección de los padres al resolverle cualquier
contra tiempo a s que se le presente a su hijo. En términos de seguridad
infantil, algunos padres extreman al límite las precauciones y sobreprotegen a
los niños, muchas medidas de seguridad pretenden evitar que el niño pueda
hacerse daño, pero terminan entorpeciendo el desarrollo infantil.
Esos padres actúan así porque creen que
sus niños aún no tienen capacidad de realizar cosas solitos, por evitar que se
hagan daño, por comodidad para conseguir resultados más rápidos, o porque no
confían en la capacidad de reacción de sus hijos.
Los niños aprenden a ser
autónomos a través de las pequeñas actividades diarias que desarrollarán en
casa, en la guardería o en el colegio. Los
niños desean crecer y quieren demostrar que son mayores en
todo momento. Es misión de los padres y de los educadores, la aplicación de
tareas que ayuden a los niños a demostrar sus habilidades y el valor de su esfuerzo. Colocar, recoger,
guardar, quitar, abrochar y desabrochar las prendas de ropa y los zapatos, ir
al baño, comer solo o poner la mesa son acciones que ayudarán a los niños a
situarse en el espacio en que viven, y a sentirse partícipes dentro de su
propia la familia y con sus amigos.
Todos los niños pueden y
deben ser educados para ser independientes, pero todos los niños no son iguales. Cada niño desarrolla
capacidades de una forma distinta. Se puede pedir todo a todos, pero no se
puede esperar que los resultados sean los mismos. Se debe, primero, conocer
cuáles son las capacidades reales de cada niño, para poder ayudarle en su justa
medida, y no solucionarle la tarea cuando él sea capaz de realizarla solo.
Se debe dar la oportunidad
de experimentar, de equivocarse, de fallar o de acertar, y todo eso lleva un
tiempo, según la edad y la capacidad de aprendizaje de cada niño. Cuando
tu hijo, delante de una tarea, diga: yo solo que ya soy mayor,
escúchale y respeta su decisión. Es más importante lo que dicen y cómo actúan
los padres en ese proceso, que la disposición que tenga el niño. No olvidéis
que una mayor autonomía favorece una buena autoestima, y que este camino conduce
a una evolución sana en cuanto a las decisiones y las vivencias del niño en su
día a día.
1.3 ¿Tenemos derecho a la
libertad?
La libertad es un concepto que hace referencia a
muchos aspectos de la vida humana. Comúnmente se le define como aquella
facultad natural que posee el ser humano de poder obrar según su propia
voluntad. ¿Sabes que tienes el derecho a expresar tus sentimientos y pensamientos?
¿Sabes que nadie puede evitar que digas a los demás tus opiniones?
Puede que te resulte de lo más normal decir en casa, en la escuela o con tus amigos frases como: "no me gusta eso..." o "yo pienso que..." o "yo no estoy de acuerdo contigo..." o "yo no quiero hacer lo que me pides...", pero hay millones de niños y niñas en el mundo que no poseen la libertad de decir lo que piensan o sienten, y en algunos casos también son obligados a ser cosas que no les gusta.
Esto es el derecho a la libertad; que los niños de nuestro país (al igual que los adultos) tienen, y da la posibilidad de expresar a los demás las opiniones sobre el mundo (ecología, familia, gobierno, escuela, etcétera) y de hacer lo que más nos acomode, claro que siempre sin hacer daño a los demás. ¿Tú ejerces tu derecho a la libertad? Como hemos visto, los niños tienen derecho a expresar sus opiniones, porque piensan y tienen ideas propias como todo ser humano. Luego, si tienen ideas propias, no solamente hay que escucharlas, sino también respetarlas y proporcionarle la educación adaptada en cada caso al niño.
Puede que te resulte de lo más normal decir en casa, en la escuela o con tus amigos frases como: "no me gusta eso..." o "yo pienso que..." o "yo no estoy de acuerdo contigo..." o "yo no quiero hacer lo que me pides...", pero hay millones de niños y niñas en el mundo que no poseen la libertad de decir lo que piensan o sienten, y en algunos casos también son obligados a ser cosas que no les gusta.
Esto es el derecho a la libertad; que los niños de nuestro país (al igual que los adultos) tienen, y da la posibilidad de expresar a los demás las opiniones sobre el mundo (ecología, familia, gobierno, escuela, etcétera) y de hacer lo que más nos acomode, claro que siempre sin hacer daño a los demás. ¿Tú ejerces tu derecho a la libertad? Como hemos visto, los niños tienen derecho a expresar sus opiniones, porque piensan y tienen ideas propias como todo ser humano. Luego, si tienen ideas propias, no solamente hay que escucharlas, sino también respetarlas y proporcionarle la educación adaptada en cada caso al niño.
Debe de respetarse la libertad de
expresión, de conciencia y la religión de todos los niños.
Este derecho
únicamente tendrá limitaciones cuando sea necesario proteger la seguridad, el orden,
la moral o la salud públicos o los derechos y libertades fundamentales de los
demás; como también es así en los adultos. Los niños al igual que libertad
poseen derechos
1.4 ¿Que son los derechos de los niños?
En 1989, la Asamblea General de
las Naciones Unidas aprobó la Convención sobre los
Derechos del Niño. Este tratado sin precedentes, que ya ha sido ratificado por
todos los países del mundo con dos excepciones, explica los derechos de todos
los niños a la salud,
la educación,
condiciones de vida adecuadas, el esparcimiento y el juego,
la protección de la pobreza,
la libre expresión de sus opiniones… y mucho más. Esos son derechos de los que
deberían disfrutar todos los niños.
Los niños tienen derecho al
juego.
Los niños tienen derecho a
dar a conocer sus opiniones.
Los niños tienen derecho a
la protección contra el descuido o trato negligente.
Los niños tienen
derecho a la información adecuada.
Los Niños Tienen Derecho A
La Libertad De Expresión
Los niños tienen derecho a
la protección contra las minas terrestres.
Los niños tienen derecho a
la protección contra todas las formas de explotación y abuso sexual.
Los niños tienen derecho a
un hogar.
Los niños tienen derecho a
la intimidad
Los niños tienen derecho a
la protección contra el uso ilícito de estupefacientes.
Los niños tienen derecho a
la información adecuada.
Los niños refugiados tienen
derecho a la protección.
Todos los niños tienen
derecho a la educación.
Los niños tienen derecho al
acceso a la educación diferencial.
Los niños tienen derecho a
recibir cuidados de ambos progenitores.
Los Niños Tienen Derecho Al
Cuidado Y A La Asistencia Especial.
Los niños tienen derecho a
la protección contra toda forma de abuso.
Deben protegerse
todos los derechos de la niñez
Para concluir con este proyecto
debemos de tomar en cuenta los puntos aquí vistos como lo son pues la
autonomía, libertad y justicia en los niños ya que esta será la base de su
formación en un futuro quizá no muy lejano, pero sobre todo pudimos concluir a
través de esto que prácticamente para llegar a que se logre un buen desempeño
en el niño y en los diferentes ámbitos
que lo rodean es necesario la constante presencia de los padres en ello, ya que
si desde pequeños no se cuenta con dicha presencia o no se cuenta más bien con
estos valores nuestra sociedad empeorara cada día mas ya que los niños de ahora
serán los adultos de un mañana.
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